Leiva y su tour Gigante hicieron honor a su nombre este 12 de octubre en el Pabellón Príncipe Felipe, donde 8.500 personas celebraron el día grande de las Fiestas del Pilar con un concierto mayúsculo. Las entradas llevaban meses agotadas, y el público, totalmente entregado, convirtió la cita en una auténtica fiesta colectiva.

A las diez en punto, la cuenta atrás en las pantallas dio paso a una ovación atronadora. Leiva apareció con camisa blanca, pantalón azul, botines y su habitual sombrero, acompañado por su Leiband, impecable en trajes blancos y camisa negra. Desde el primer acorde de “Bajo presión”, el madrileño demostró que el escenario zaragozano no se le queda grande.
El arranque fue explosivo: “Lluvia en los zapatos”, “Gigante” —donde sorprendió tocando la armónica al final—, “Lobos”, “Terriblemente cruel” y “Superpoderes” pusieron al pabellón a bailar sin descanso. Fue aquí cuando el madrileño se dirigió al público por primera vez. Sin demora siguieron “Sincericidio” y “Breaking Bad”, antes de entrar en la parte más reciente de su repertorio. Cada tema sonó con una precisión milimétrica, pero con el alma y la espontaneidad que caracterizan a un artista que sabe hacer de cada concierto una historia distinta.
“¿Estáis bien? ¿Sois felices?”, preguntó al público, recordando su vínculo con Zaragoza: “Esta es una tierra que amo especialmente. Aquí llenábamos siempre, incluso cuando empezábamos”. Así mismo, confesó que parte de su familia es de aquí, dato que sorprendió hasta a sus más fieles seguidores.
Leiva y Gigante: emoción, baile y nuevas canciones que ya suenan a clásicos
El bloque central del concierto estuvo marcado por los temas de Gigante. “El polvo de los días raros” y “Ángulo muerto” mostraron su mejor versión, coreadas como si llevaran años en el repertorio. Antes de “Shock y Adrenalina”, Leiva confesó entre risas: “Es una canción que no solemos tocar en directo, pero hoy sí, porque intentamos modificar el setlist para mantener viva la ilusión”. El público respondió con una ovación.
Después llegaron “Quién lo iba a suponer” y una electrizante versión del clásico de Chuck Berry “You Never Can Tell”. “Con el permiso de Bad Bunny, esta es una canción para bailar de verdad”, dijo Leiva, recordando que la tocaba con 13 años y que, a sus 45, sigue haciéndolo “con las mismas ganas”. El pabellón entero se puso a bailar.
El concierto siguió con “Flecha” y “Cortar por la línea de puntos”, antes de llegar a uno de los momentos más íntimos: “Vis a vis”. Leiva pidió al público guardar los móviles durante cuatro minutos y medio para disfrutar “una experiencia realmente hermosa y desconocida en estos tiempos”. El silencio fue absoluto creándose uno de los momentos más bonitos de la noche.
Una recta final de grandes himnos y un cierre de altura
Tras ese momento mágico, el espectáculo retomó impulso con “La llamada”, “No te preocupes por mí”, con guiño incluido al “Hey Jude” de los Beatles, “Como lo tienes tú”, “Estrella Polar” y “Lady Madrid”. En esta última, su hermano Juancho se unió a la voz mientras César Pop dejaba los teclados para empuñar la guitarra. El público, ya totalmente entregado, coreaba cada palabra mientras la banda formaba un círculo final tocando y sonriendo, reflejando la complicidad que caracteriza a esta Leiband de lujo. Son un grupo de amigos que disfruta tocando sobre el escenario y esto llega al público.
En los bises, Leiva desató la euforia con “Caída libre”, su colaboración junto a Robe Iniesta, seguida por “Como si fueras a morir mañana” y el cierre redondo con “Princesas”. Fue también el momento de presentar uno a uno a sus músicos: Juancho (guitarra y coros), César Pop (teclados y coros), Álvaro Pacheco “Gato Charro” (trompeta), Tuli (saxofón), Mariana Mott (percusión y coros), Manolo Mejías (bajo) y José Bruno (batería). Mencion especial merecen las coreografías que se marcaron el Gato y Tuli, divertidísimos.
Antes de despedirse, Leiva agradeció la calidez del público y desveló que Zaragoza volvería a estar entre las pocas fechas que el cantante anunciaría dias más tarde. Ahora ya sabemos que podremos despedirnos de su Gigante Tour el próximo 27 de junio en el Ibercaja Estadio de Zaragoza. Dos horas intensas, llenas de energía, emoción y una conexión total entre artista y público. Gigante lo de ese poeta de sombrero y guitarra.