EL DISCO DEL MES DE DICIEMBRE EN MIROLLO ES PARA EL VERBO ODIADO Y SU “EL ÚLTIMO HOMENAJE”
El último homenaje tiene un mes de vida y ya se ha convertido en imprescindible en la discografía del que os escribe. Un referente dentro del movimiento shoegaze, donde la banda oscense se mueve a la perfección. Entre una bruma de guitarras ruidosas y a la vez melódicas, crean los ambientes espaciales idóneos para encajar a la perfección sus letras, entre sombrías y melancólicas. Nos invitan a flotar entre espacios intransitados en los que caemos y de los que escapamos gracias a la voz de Jorge, todo a la vez.
El infalible Carlos Hernández Nombela, en su estudio El Castillo Alemán, produce el disco por completo, al que le aporta ,al renovado sonido del grupo, nuevos matices y su inconfundible carácter afilado e inquebrantable.
Tras seis adelantos, de los que destacamos Fargo y La peor Deuda (también salieron Mediocre, Maniatados, La Pasión y Funerales), los oscenses nos presentan El último homenaje (Subterfuge, 2022), un disco de guitarras puntiagudas y distorsionadas. Con palabras salidas desde el fondo de algún sitio, ritmos contundentes y trepidantes, de dientes de sierra o de bonitos horrores vomitados no con demasiada cautela, pero si con toda la intención.
Y esa no es otra que abrir una nueva herida por pequeña que sea al escuchar cada estrofa del disco.
El comienzo
El disco nos presenta diez canciones que dibujan paisajes apresurados, arañazos violentos entre remansos ahogados en bruma. El quinteto se atreve a lidiar con temas tan dispares como el desamor, la enfermedad e incluso otorgarle a la muerte un papel protagonista en muchos pasajes del disco, y la paz (firmada casi siempre por equivocación) como eterna aspirante.
Arrancamos con Fargo, un viaje de ida que termina con un billete de vuelta. Un camino de culpa, de viga en el ojo ajeno y lágrima en el propio.
Mediocre nos habla de una historia de superación, limites, llamadas de auxilio y riesgos de derrumbe; de métodos mafiosos de auto extorsión y de heroínas sin capa.
Y tras poco más de dos minutos de guitarras afiladas, tenemos Mas que uno cien, que habla de demonios, propios y ajenos y la lucha por escapar de ellos o dejarse caer.
A mitad
La Pasión vuelve a traernos los demonios. esta vez en un mar que rara vez está en calma y el infierno solo a veces es merecido. Y aunque toda situación es susceptible de empeorar, al menos siempre algo bueno nos puede quedar.
Maniatados “intenta ser un minúsculo rayo de luz entre los escombros. Escombros que impiden el movimiento tras un temblor. Es un minúsculo rayo de oscura luz, la última lágrima en el dorso de unas manos libres al fin.
Maniatados es pedirte a gritos: tú que puedes, sálvate.”
Con A 23 nos enfrentamos a un grito de socorro y superación personal a través de una supuesta carretera que marca el sentido y la dirección de una vida en la que no tenemos el control.
Finalizando
Funerales es una oda a la supervivencia personal entre remaches que juegan entre el folk y el noise y que abogan por un motivador relato en el que nosotros mismos somos nuestros propios salvadores.
Alcatraz nos habla de una lucha por superar la pérdida de aquellos pilares que confirman nuestra existencia, arrancando con un ruido sordo que va meciéndonos hasta hacerse ensordecedor y mezclarse con las guitarras y las voces que hacen de este tema un himno de conciertos.
La peor Deuda es la promesa de llegar vivo hasta el final, pero solo si es contigo, la deuda de abrir ventanas y llenar pulmones, de juntos hacer pie aunque sea muy profundo, de saldar la peor deuda que jamás se pueda haber tenido.
Después de todo es casi un milagro que aquí sigamos. Pero aquí seguimos.
El disco cierra con El ultimo homenaje, un tema intimista y precioso que nos habla de la necesidad de cuidar y ser cuidados, un final perfecto para un disco sobresaliente en el que disfrutamos del rock épico de guitarras potentes, bases densas y baterías afiladas.
Escrito por @tropocolo