Asistimos a la presentación de Un puño amable, y ya os adelantamos que ir a un concierto de Victorias es meterse en la sala Zeleste de Barcelona en aquel Marzo de 1991, y recordar a los Ramones y su One,two,three four. Salvando las distancias, pues los sevillanos son más guapos y simpáticos que los Neoyorkinos, y con bastantes más acordes, pero lo cierto es que en poco más de 50 minutos, Ire, Antonio, Rafa, Christian y Juanma nos presentaron su nuevo, que no último, disco, añadiendo, además, algunas viejas canciones. En total fueron 12 temas con los que nos hicieron vibrar y disfrutar de su potente y directo, valga la redundancia, directo. Y que, para que negarlo, nos dejaron con ganas de más.
En el Concierto de la Sala Siroco sonaron
1. Machaca (Un Puño Amable)
2. Verano punto exe (Grandes Éxitos, Mejores Descartes)
3. Arden las casetas (Un Puño Amable)
4. Sevilla (Un Puño Amable)
5. Bien es poco (Grandes Éxitos, Mejores Descartes)
6. Fin de Fiesta (Un Puño Amable)
7. Heladero Famoplay (Un Puño Amable)
8. Vida loca (Un Puño Amable)
9. Doble Diversión (Grandes Éxitos, Mejores Descartes)
10. El Truco (Un Puño Amable)
11. Te quiero en Vasco (Un Puño Amable)
12. Ryan Ghosting (Un Puño Amable)
Algunas de ellas verdaderos himnos. Mi recomendación es que no perdáis de vista a esta banda, porque tienen mimbres para sonar muy duro en los próximos años. De momento, tendremos que conocer las fechas de la gira de presentación de este trabajo por la geografía española.
Un puño amable es, en efecto, un disco sensiblemente más agresivo y directo en sus composiciones, pero al mismo tiempo alberga un anormal número de estribillos que subsisten desde las primeras escuchas, es una increíble suerte de nervio y emotividad. Un nervio siempre latente que ahora parece haber despertado definitivamente, y ese tipo de emotividad dramática y tan distinguida que sólo ellos concretan como nadie.
La referencia muestra sin reticencias a un grupo más directo y visceral, apuestan por el realismo de una banda interpretando sus canciones sin atrezo ni red de seguridad, la vuelta de Victorias se hace desde la rabia no contenida, la producción de Guille Mostaza y el cuchillo entre los dientes.
Victorias (antes Victoria Ford) debutaron en forma de LP en 2019 con Grandes éxitos, mejores descartes, post-punk nervioso, heredero de los 80 y, como ya decíamos, con aires neoyorquinos para contar historias cotidianas, puro costumbrismo generacional, desengaño, oscuridad, drama y redención, pero siempre, y aquí es donde su discurso se distingue de la mayor parte de sus compañeros de escena, con el fin de encontrar un camino positivo. Tenemos el por qué del cambio de nombre en una explicación de la propia banda: “La pandemia coincidió con la salida del disco de remixes, lo que rompió de pleno la gira, la promoción y todo lo que conlleva sacar un álbum. El parón nos invitó a cuestionarnos muchas cosas. Desde la comunicación, la formación en trío o la composición, hasta la forma de ensayar. Fue duro y bonito a la vez. Cuando por fin pudimos vernos en el local teníamos clara una cosa: desprendernos de aquello que no nos representaba. Y en ese proceso despedimos con ganas el Ford”.
Fotos y Texto por @tropocolo
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