Una vez más nos encaminábamos a los jardines de Abril, a vivir la que sería una noche mágica del Festival Noches Mágicas. Una experiencia que si nunca has vivido te recomendamos efusivamente desde estas líneas, desde esta casa en la que viven los abrazos, es más que un concierto.
Fácil, por la múltiple y variada oferta que te vas a encontrar desde que atravieses sus puertas, te vas a sumergir en un submundo que no te imaginas, que no te esperas y que te cautivará desde el minuto 1.
Con su fabulosa vegetación, con sus jardines engalanados e iluminados para la ocasión, su exposición de arte, en la cual podrás ver unos cuadros chulísimos, su mercadillo, en el cual vas a encontrar verdaderas joyitas, un pequeño escenario en el que podrás de música en directo mientras disfrutas de alguno de sus rincones chill out.
Una gran variedad gastronómica, con oferta de restaurante de la mano de Terre, food tracks variados, para los amantes de los cocketles una cocktelería y por supuesto muchas barras con la necesaria cerveza muy fresquita 😛
Y si te estás preguntando: ¿Solo eso? Pues no, hay más! También vas a poder ponerte brilli brilli en la cara 😀 o ver body paint, chulísimo por cierto
A las 22.30 como cada noche llegaba la hora del concierto. El momento de ver a Olvido, a Alaska, a Fangoria y a su banda, a sus bailarines, a ese espectaculo tan “espectacular” que supone siempre ver uno de sus conciertos.
Estaba todo vendido y el recinto a reventar, se veía al personal, ya pureta en su mayoría, mira quien fue a hablar XD con ganas, con muchísimas ganas de fiesta y claro, como no podía ser de otra manera se la dio a todxs y cada unx de lxs que allí estábamos.
Tocó durante un buen rato y sonaron la mayoría de sus grnades éxitos, no solo de Fangoria, sino también de su época Dinarama, lo que agradecimos sobremanera, pues revitalizó viejas glorias con unas actualizadas bases que hacían que sonoran nuevas, diferentes, modernas y al ser la letra archiconocida generaban un placer/bienestar entre el personal que se veían sonrisas de oreja, que andaba por allí dándolo todo y es que no era para menos.
Arrancó con “Fiesta en el infierno” de rojo, con llamas por todos los lados, tocó “Especacular”, “Dramas y comedias”, “Ni tú ni nadie”, “Geometría polisentimental”, “Cómo pudiste hacerme esto a mi?”, “Momentismo absoluto” y claro, no podía ser de otra manera, “A quien le importa?” y muchísimas otras que este viejuno no recuerda los nombres 🙂
Genial, única, divina. Parte de nuestra vida, de la banda sonora de mi vida al menos, desde hace ya y espero que me siga acompañando como hasta ahora porque me encanta, -especialmente cuando le produce LCA-
Tras el bolo llego la hora de la fiesta temática, que estaba ambientada en los 80s y que el DJ supo meter a los asistentes en materia desde los primeros temas y se lio una buena con los muchísimos que allí seguían un viernes de una preciosa noche de verano en tan idílico lugar.
Un abrazo desde donde viven los abrazos #siempreunabrazo
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