Crónica del Concierto de Walls en la Sala Oasis de Zaragoza

El pasado sábado 9 de noviembre, la Sala Oasis de Zaragoza se convirtió en el epicentro de una noche cargada de pop-rock enérgico, directo y canalla en un concierto de la mano de Walls. Las expectativas por escuchar su nuevo álbum Luna 18 eran enormes y una legión de fieles seguidores prácticamente llenaron la sala. Desde el instante en que el murciano apareció en el escenario, quedó claro que esa iba a ser una noche memorable, una de esas que quedan grabadas en la memoria de quienes tuvimos la suerte de presenciarla.

El comienzo del concierto: Luna 18

La sala se torna oscura y las pantallas proyectan una breve historia en voz de Walls que termina con la frase “… donde empieza y termina la noche, Luna 18”. Tras esta introducción la banda arrancó con los primeros acordes de “Quédate, mi corazón” mientras el murciano salta a escena entre los vítores del público. Le bastan los poco más de dos minutos que dura el tema para meterse al público en el bolsillo. Le siguieron “Otra mitad” y “En los huesos”, donde el artista colabora con Costa. Continuos saltos y manos al aire acompañan las canciones de un Walls que demuestra un carisma arrollador. Su energía contagia al público que corea cada verso. De hecho en muchos momentos la sala era una única voz. Muy emocionante ver como el público hace suyas las canciones. Aspecto que Walls no tardó en agradecer a los presentes por su entrega.

La noche continuó con un repertorio bien equilibrado que combinó lo mejor de Luna 18 y sus anteriores trabajos. Siguen sonando “En dos” y “Malos Hábitos” esta última consigue levantar a la sala entera en un estallido de saltos y coros apasionados. Walls nos regala un pop-rock sin vergüenza, fresco y descarado interpretado con rabia al que el público respondía con la misma energía. En varias ocasiones el artista expresó que estaba cumpliendo un sueño y agradeció una vez más al público su apoyo incondicional. El setlist incluyó también temas donde Walls comparte protagonismo con otros artistas, como “Mi nave” junto a Soge Culebra y “Cansado de estar triste” ft. Xavibo.

El público de Zaragoza se rinde ante Walls

Uno de los momentos culminantes llegó con “Reventar la ciudad”, donde el público se entregó sin reservas, coreando hasta la última palabra. Walls dedicó además un instante especial a su canción más reciente, Haz lo que quieras conmigo, una balada emotiva que describió como una flecha directa al corazón y que el público abrazó como un verdadero himno personal. Fue un momento íntimo y emotivo, en el que la sala quedó hechizada por la sinceridad de su letra.

La velada estuvo llena de sorpresas, y una de ellas fue una canción inédita que Walls interpretó en exclusiva. Aunque el lanzamiento oficial fue pospuesto debido a la situación de emergencia provocada por la DANA, os diré que es un “un auténtico cañonazo”.

El concierto tuvo también momentos de profunda emoción, como el tema “La Sole”, una canción que Walls dedica a su madre. La atmósfera en la sala se llenó de nostalgia y emoción, y muchos de los presentes no resistieron la tentación de grabar el momento mientras cantaban al unísono. No faltó tampoco la energía con “Malavida” ft. Evlay manteniendo la sala en pleno movimiento.

Uno de los momentos más destacados de la noche llegó con “Echao a perder”, un tema lleno de fuerza que Walls dedicó a todos aquellos que lo critican por haber evolucionado su estilo. Antes de interpretar esta canción, el artista invitó a un fan del público a unirse en el escenario. Se trata de un seguidor que había venido desde Rusia para el concierto, un gesto que fue ovacionado y que refleja la interacción que el artista tiene con sus seguidores. El de Murcia se deja la piel sobre el escenario y  sus seguidores, que no se dejan letra sin estudiar, hacen lo propio desde el público.

Donde el concierto termina: Luna 18.

Walls anunció que todo el dinero recaudado en el show, tanto en entradas como en consumiciones de barra, sería donado a las víctimas de la DANA en Valencia, mostrando una vez más su lado solidario. Este gesto fue muy ovacionado por el público.

Para cerrar la primera parte del show, “Cuesta arriba” sonó como un estallido de euforia colectiva en el que la canción parece ser un refugio al que acudir. La banda desaparece de escena aunque los bises no se hicieron esperar. Con un final de infarto, Walls volvió al escenario para interpretar “Nápoles”. Este fue seguido de uno de sus clásicos imperdibles “Los Niños del Parque”. El broche de oro lo puso “A mi lao”, donde la energía en la sala alcanzó su punto máximo. La noche llegó a su fin siguiendo la narración del inicio y con unas pantallas en las que se iluminó la siguiente frase: “… y si pierdo el control y me estampo, que me saquen guapo en la foto”.